LA ESCUELA EXPERIMENTAL presentada y desarrollada a continuación no es más que un proceso de cooperación pública – comunitaria, que busca afianzar las diversas estrategias que los procesos colectivos, organizativos y territoriales han venido desarrollando por muchos años en la ciudad en la defensa de los derechos humanos, la diversidad sexual y las identidades de genero de los habitantes de la ciudad de Medellín.
La escuela será entonces un proceso para aprender de la construcción cultural de las identidades, el análisis de los diversos fenómenos urbanos, el entendimiento de la diversidad como ganancia cultural y la apuesta por el reconocimiento de la diversidad existente en la comuna, para ello, no solo trabajaremos las apuestas desde las identidades de género y las diversidades sexuales sino que buscaremos otros sectores poblacionales y culturales para apropiar el discurso de la diversidad que habita el territorio que denominamos comuna dos – Santa Cruz.
La Escuela Experimental para la Diversidad, es un escenario de innovación social, en la que los actores sociales construyen de manera colectiva saberes, productos y metodologías para la transformación de imaginarios sociales y culturales en torno a la diversidad humana.
La escuela surge como una necesidad de fortalecer las habilidades y saberes de quienes poseen liderazgos en sus comunidades, con el fin de potencializar sus acciones, generar procesos de cambio y motivar la participación de la población en los espacios culturales, sociales y políticos.
Nos interesa igualmente trabajar por el bienestar humano de los miembros del grupo social LGBTI para generar procesos de cambio, tanto de la persona como del sector poblacional al que pertenece, mediante el aprendizaje de disciplinas y conocimientos prácticos.
Creemos que la persona, más que consumidora de bienes y servicios públicos derivados de las políticas sociales en las que habita, debe convertirse en productor de bienes que lo beneficien a él y a su entorno.
La escuela genera nuevas metodologías de activación social en los territorios, entendidos en su acepción amplia, espacios que contienen las prácticas sociales y las construcciones simbólicas que las personas desarrollan en su entorno. De ahí que, cualificar al ser es mejorar dramáticamente el conjunto de sus construcciones simbólicas y sus relaciones sociales.
Buscaremos que las personas del “común” comprendan las identidades culturales de los sectores históricamente excluidos por su condición de “diferente”, la comprensión de la diversidad desde el punto de vista de lo natural de lo humano y de la vida, entendiendo que por naturaleza, todos y todas somos diversos.